El nombre de esta página nace de una palabra griega: hesychía (ἡσυχία), que significa silencio interior, paz, quietud del corazón. En la tradición cristiana, especialmente en los Padres del Desierto y en la espiritualidad oriental, hesychíaes el estado de recogimiento profundo donde el ser humano, sanado y reconciliado consigo mismo, se abre a la presencia de Dios.Este término expresa el anhelo más hondo del corazón humano: salir del ruido, de la fragmentación y de las heridas que nos dividen por dentro, para entrar en la paz que Cristo nos promete: «La paz les dejo, mi paz les doy» (Jn 14,27).
En psicotraumatología sabemos que el trauma rompe la integridad de la persona: la mente se fragmenta, el cuerpo queda en alerta, el alma experimenta miedo y desconexión. Frente a esto, el camino terapéutico busca integrar, estabilizar y devolver al paciente la capacidad de vivir en el presente.La hesiquía conecta con este proceso de sanación:
Hesikía no es solo un nombre, es un camino de integración:
Aquí confluyen la terapia, la espiritualidad y la filosofía: porque el ser humano no se cura únicamente desde lo clínico, ni tampoco solo con devoción, sino en la integración de todo su ser.
La meta última de la psicoterapia que ofrezco no es simplemente funcionar mejor o dejar de sufrir, sino abrir un espacio de silencio interior donde la persona pueda reencontrarse consigo misma, reconciliarse con su historia y escuchar la voz de Dios que siempre susurra: «No temas, yo estoy contigo» (Is 41,10).Por eso, Hesikía es el nombre de este proyecto: porque simboliza el horizonte hacia el que caminamos en cada proceso terapéutico y espiritual —ese lugar donde la herida se transforma en esperanza, y el ruido en paz.
Este fin no solo es para los que pretendo acompañar, es también el camino por el que yo mismo me esfuerzo en mi propia pobreza por caminar y del único que estoy convencido en la certeza del Amor de Cristo.